Un misterioso suceso tuvo lugar el viernes en nuestras clases. Al volver del recreo nos encontramos con las siluetas de unos ratoncitos sobre flechas de colores (los de nuestras clases, precisamente) que se habían estampado en el suelo y nos indicaban seguir un camino, hasta donde se encontraba nuestra «pecera» sin descubrir, completamente tapada y al parecer, ese secreto todavía no se puede desvelar. Las»seños» aprovecharon para llamar a Salvatorix para celebrar el Día del Libro con una de sus historias y al terminar su cuento nos dejó una pista: la cosa va de ratones, efectivamente, pero no hay ningún flautista de por medio. ¿Qué nuevo proyecto tenemos por delante?
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